No hay dos contextos iguales cuando se trata de distribuir mosquiteros tratados con insecticida en entornosCOE complejos y en contextos de respuesta humanitaria. Los retos demográficos, geográficos y logísticos difieren en función de la escala y el tipo de conflicto, pero se pueden extraer lecciones de todos los países e intervenciones que ayudarán a mejorar la planificación para proporcionar un mejor acceso a los mosquiteros tratados con insecticida entre las poblaciones desplazadas. La AMP y sus socios están ayudando tanto a colmar las lagunas de conocimiento sobre las poblaciones de mayor riesgo en entornos COE como a poner de relieve las adaptaciones que los programas nacionales contra la malaria han realizado con éxito en sus campañas de distribución de mosquiteros tratados con insecticida.
Dos socios de la AMP, la Fundación de las Naciones Unidas y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), han estado trabajando para cartografiar las zonas de poblaciones desplazadas comparándolas con los datos de incidencia de la malaria, así como para evaluar la inclusión de las poblaciones desplazadas en las solicitudes del Fondo Mundial. Es importante que los programas nacionales contra la malaria sepan dónde se encuentran las poblaciones desplazadas para planificar los cambios operativos a la hora de distribuir los mosquiteros tratados con insecticida, ya sea mediante campañas o sistemas de distribución continua (Figura 1). Igualmente importante es garantizar que las poblaciones desplazadas internamente (PDI) y los refugiados estén representados en las subvenciones del Fondo Mundial (Figura 2) y en los mecanismos del Fondo Mundial, como el Mecanismo de Coordinación de País. El mapeo y el análisis permiten a los países una mejor visibilidad de dónde se encuentran las poblaciones desplazadas dentro de sus países y su riesgo de malaria, y garantizan que las adaptaciones operativas necesarias para llegar a estos grupos se incluyan dentro de las solicitudes de financiamiento del Fondo Mundial.
A medida que se disponga de más información, los programas nacionales contra la malaria y los socios podrán prepararse mejor para la distribución de MTI a las poblaciones desplazadas, lo que puede incluir importantes adaptaciones operativas. AMP lleva más de 15 años apoyando la distribución de MTI en los países COE mediante asistencia técnica directa y ha desarrollado la exhaustiva Guía operativa para la distribución de MTI en entornos operativos complejos (COE). Para complementar este documento de orientación y destacar las adaptaciones particulares realizadas en diferentes entornos humanitarios, AMP y sus socios han desarrollado una serie de estudios de caso centrados en cuatro países.
- Mozambique: Ciclón Idai: En marzo de 2019, el centro de Mozambique se vio atrapado por uno de los peores ciclones registrados en el hemisferio sur. El ciclón Idai tocó tierra en la ciudad de Beira, trayendo consigo fuertes lluvias e inundaciones que arrasaron hogares, pertenencias personales y, por supuesto, mosquiteros tratados con insecticida. La distribución inicial de mosquiteras se centró en la creciente población de los campos oficiales y no oficiales de desplazados internos. Además, la coordinación con la campaña de vacunación contra el cólera maximizó el alcance de los mosquiteros. Este estudio de caso pone de relieve que la coordinación e integración de los socios con otras actividades de respuesta de emergencia es fundamental para aprovechar al máximo todos los recursos disponibles y garantizar una distribución eficaz de mosquiteros tratados con insecticida.
- Uganda: Poblaciones de refugiados: En los últimos años, Uganda ha visto una afluencia de refugiados debido a los conflictos en los vecinos Sudán del Sur, Burundi y la República Democrática del Congo (RDC). Uno de los principales servicios prestados a los refugiados que llegan es la prevención de la malaria mediante la distribución de mosquiteros tratados con insecticida para garantizar la protección tanto de las comunidades de acogida como de los refugiados. Este estudio de caso pone de relieve cómo un enfoque gradual que promueva la detección sanitaria y el suministro de productos contra la malaria (mosquiteros tratados con insecticida) para los nuevos refugiados antes de su integración en los asentamientos y/o campamentos puede ayudar a mitigar la transmisión de la malaria desde el principio.
- Sudán del Sur: Poblaciones de desplazados internos durante la COVID-19: Una campaña masiva en el norte del estado de Bahr el Ghazal (NBeG), donde se encuentran muchos desplazados internos, estaba prevista para principios de 2019, pero se pospuso a principios de 2020 debido a las extensas inundaciones, que dejaron a más de 245,000 desplazados internos en las zonas afectadas a finales de 2019. La planificación estaba en marcha cuando se informó por primera vez de COVID-19. Este estudio de caso destaca las lecciones aprendidas de la distribución de mosquiteros tratados con insecticida en NBeG que podrían ser aplicables a otros programas nacionales que planifican campañas en COE que experimentan un número desconocido o elevado de casos de COVID-19.
- Camerún: Desplazamiento del conflicto: La Región Noroccidental (RNO) es una de las dos regiones anglófonas de Camerún, donde la malaria es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad. La situación de la malaria se ha visto agravada por el contexto sociopolítico. Este estudio de caso destaca dos estrategias que se identificaron para la distribución de mosquiteros tratados con insecticida en la RNW antes del inicio de la pandemia de COVID-19 -puesto fijo "golpea y corre" y puerta a puerta- en consonancia con el contexto de seguridad de la zona. La estrategia adoptada para cada área de salud se eligió durante las reuniones de promoción del área de salud basándose en criterios predefinidos.
Estos estudios de caso son sólo el comienzo de los esfuerzos de la AMP para poner de relieve las crecientes lagunas en el acceso y uso del control de vectores entre las poblaciones desplazadas. A través de una asociación y planificación continuas entre sectores, los programas nacionales contra la malaria y los actores clave en la respuesta de emergencia pueden tomar medidas específicas y dirigidas para prevenir simultáneamente los brotes de malaria tras las emergencias y mejorar los esfuerzos de respuesta de emergencia aprovechando los sistemas existentes puestos en marcha para el control y la prevención de la malaria. Sin embargo, la respuesta a las emergencias humanitarias está fuera del alcance del sistema sanitario o de cualquier comunidad. Una acción multisectorial eficaz y la coordinación con los programas nacionales contra la malaria y los actores del sistema de grupos humanitarios son fundamentales tanto para la lucha contra la malaria como para una respuesta de emergencia rápida e impactante.